lunes, 11 de enero de 2010

Mis dos vidas.

Hola a todos:
No es habitual que alguien como yo se dirija con sus propias palabras al mundo digital en general. Es más, hasta estos momentos era imposible. La era de las comunicaciones, que es lo que tiene...
Me voy a presentar. Soy Bocanegra. Para una persona sería un mote, pero los años que pasé trabajando decían "Coje el Bocanegra" "Mira que Pegaso me he comprado" "Como tira" y cosas así. Mi apellido es Pegaso, la estirpe de mi familia, que dicen viene de un linaje muy antiguo, descendientes directos de los Hispano Suiza enparentados con los Elizalde. Ahí es nada. Les diré que algunos de mis primos fueron corredores de carreras, pero son mis primos pequeños y nunca los ví...
El caso es que aunque madrileño de casta cuando desperté en los 80 (cuando las Olimpiadas de L.A.) me llevaron a unas naves muy grandes en Castellón, y pronto salí de alli hacia un entorno de hierros, chispas y actividad.
La vida era muy dura, pero me encantaba ir por alli banbando. Poco a poco iban apareciendo mis primeros achaques pero puedo decir que hasta principios del S. XXI era yo el que cortaba el bacalao.
Hace unos años notaba yo que me iban retirando del servicio, y las generaciones más jovenes empezaban a ocupar mi puesto. Ya no eran de mi familia. Algunos eran Italianos, pero según me dijeron les compraron a los míos el título de "Rey de la Carretera". He oido decir que aunque son duros, no tienen en estilo que mi linaje dejó. Cosas de la nobleza.
Un día vi aparecer delante de mi un tipo con una cámara de fotos, y vi como hablaba con mi dueño. Al principio me asusté, pensé que iba a morir en la prensa como muchos me decían.
Vi a ese hombre varias veces más y oí que decían que me iba al sur de la Comunidad. Como decía el casette que ponían en mis entrañas "Para hacer bién el amor hay que venir al sur!!".

Un día vino un conocido alémán (fué novio de los pegaso antes que los Italianos) y me subieron encima de él. Estaba asustado.
En un día soleado empezamos a enfilar la carretera. Salimos de Castellón, y pasamos Valencia. Mi incertidumbre era total. Paramos en una pequeña ciudad del Sur de Valencia y allí aquel hombre y otros muchos me miraban. No entendía nada, hasta que ví un Ebro que se me acercó y me dijo:
- Tranquilo, has caido en buenas manos. Tu vivirás eternamente.
- ¿Como? - Dije yo.
Y me dijo:
- Eres uno más del Lado Oscuro.
Y entonces entendí que la prensa no era para mi.
Poco a poco me han ido buscando las entrañas y me miran muchos con cariño. De tanto en tanto viene aquel hombre y con otro que trabaja en mi casa me miran, hablan y se rien.
Hace poco vino un primo que vive con este Sr. y le están curando unas heridas que tenía mal curadas. Entretanto yo le miro y me sonrio. Pronto estaremos juntos cabalgando de nuevo.
Antes de despedirme les dejo unas fotografias de mi llegada y de mis progresos. Espero les guste mi historia y no dejen de enviarme ánimos, que como cualquier enfermo, le gusta que le visiten!

Aqui con el alémán que me trajo a mi nueva casa... aqui me quedo!

Mis primeros amigos



Ahora mismo estoy así, pero pronto estaré reluciente y bramando!


Y aqui estoy con mi primo, que como sus dolencias venían de lejos, está en plena rehabilitación.