Continuamos con la historia del Fc. del Guadarrama, centrándonos ahora en su época de mayor actividad, que incluye, no obstante, sus dos etapas de decadencia: a comienzos de los años 50 y el momento presente.
El coche motor 431-501-6, anterior WM-101, recarrozado y estacionado en una vía de la estación de Cercedilla. Hoy día se emplea como sala audiovisual para las actividades de El Tren de la Naturaleza, si bien recientemente han surgido algunas voces que abogan por su restauración y puesta en marcha para continuar formando parte de la citada actividad, pero con el vehículo en movimiento.
Foto: José Luis Cortijo Martín
Posguerra y años difíciles
Tras la guerra, el servicio de viajeros se reanuda en 1940, a la vez que se recepciona el material solicitado a CAF en 1936 (un coche motor y dos remolques). Lo más destacable de este periodo es la construcción del edificio de viajeros de la estación de Puerto de Navacerrada, dado que hasta entonces se utilizaba como tal el Hotel Victoria, construido junto a la estación y gravemente dañado durante la contienda. Asimismo, es de destacar la sustitución de los carriles originales por otros de mayor peso, reutilizándose los retirados como improvisados postes para la línea aérea.
La explotación durante este periodo se llevaba a cabo de una forma muy precaria, motivada por la escasez de material móvil. La propia carencia de trenes obligaba a la Compañía a utilizar éstos de manera intensiva, siendo las averías más frecuentes de lo deseable, averías que dejaban uno de los coches motores inútil y obligaba a los otros dos a trabajar de forma aún más (si cabe) intensiva. Todo parecía que el F.E.G. iba a "morir de éxito", puesto que la inmensa mayoría de ocupantes de un tren de RENFE (normalmente un doble composición de la serie 300, es decir, 4 coches) tenían apretarse en un tren de, a lo sumo, 2 coches, dándose una nefasta imagen del servicio. Fue durante esta época difícil cuando su explotación fue cedida a RENFE, como acto premonitorio de lo que ocurriría unos pocos años después
RENFE y prolonganción
Ante la dificilísima situación atravesada por el servicio y por la propia Empresa, y ante la manifiesta utilidad de la línea en caso de bloqueo en la carretera, el 30 de marzo de 1954 el Estado adquirió e integró en la RENFE la línea del Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama, pasando RENFE de ser mera explotadora del servicio a ser la propietaria de la línea. Una vez bajo la tutela estatal, y con la supervivencia de la línea asegurada, se iniciaron las obras de prolongación hasta el Puerto de Cotos, dando comienzo las obras en 1959. Para pasar bajo el Puerto de Navacerrada se excavó un túnel de 671 metros, inaugurándose las obras el 30 de octubre de 1964, acto que fue aprovechado para presentar el nuevo material móvil adquirido por el Estado para reforzar al material original de la línea. El proyecto de este segundo tramo fue realizado por el ingeniero de caminos Ángel del Campo Francés.
Túnel de Los Cotos
Dado que estaba previsto que el trazado continuase hasta Gargantilla de Lozoya (la sección Puerto de Navacerrada - Los Cotos se denominaba como "Sección nº 1" dentro del proyecto de la ampliación, denominándose el tramo Los Cotos - Gargantilla de Lozoya como "Sección nº 2"), en el Puerto de Los Cotos se inició la construcción de un túnel que permitiría pasar bajo la divisoria del puerto, sin embargo dado que la finalización de la línea hasta Gargantilla de Lozoya se aplazó "sine die" el túnel quedó sin concluir (sólo está abierta una de las bocas), encontrándose actualmente cerrado con unos portones metálicos, dado que se emplea como cocherón para albergar diverso material ferroviario que no cabe en la explanada de Cercedilla.
Modernización de la línea y el material motor
En los años 1973 a 1975 se remozó toda la vía, modernizando el trazado y sustituyendo los postes de sustentación de la catenaria, reemplazándose la catenaria de tipo tranviario de la sección original Cercedilla - Puerto de Navacerrada, consiguiendo así que el ferrocarril ganara velocidad. También se modernizó y remozó el material móvil en diferentes etapas, de forma que la duración del viaje de Cercedilla al Puerto de Navacerrada se ha acortado considerablemente desde la inauguración del ferrocarril hasta el día de hoy.
Proyectos fallidos de prolongación
El plan completo del ferrocarril del Guadarrama era más extenso que los tramos construidos. Un ramal bajaba desde el puerto de Cotos al valle del Lozoya, pasaba por el Monasterio del Paular y conectaba con el Ferrocarril directo Madrid-Burgos en Gargantilla de Lozoya. Otro ramal bajaba desde el mismo puerto a La Granja de San Ildefonso, seguía hasta la estación Segovia, y conectaba allí nuevamente con la línea Madrid-Segovia, para luego, a través de un ramal en túnel, continuar hasta la Plaza del Azoguejo, bajo el mismísimo Acueducto Romano. Asimismo, desde Cercedilla se quiso acometer un ramal hasta la estación de El Escorial, lo que hubiera convertido al trenecillo de Cotos en una auténtica red intraserrana al más puro estilo de los Ferrocarriles Rhéticos.
El plan de prolongación hasta Rascafría y Valdesquí está, lamentablemente, abandonado sin que haya ninguna previsión de abordarlo en un futuro, ya que, por razones burocráticas tan absurdas como que la orden de ejecución de las obras no llegase nunca, no está previsto acometer estas actuaciones. Tan sólo queda como recuerdo de estos intentos de ampliación el túnel nº 2 de la línea, el del Puerto de Cotos, que sólo fue calado por su vertiente segoviana. Actualmente está cerrado con un portón metálico y se aprovecha como almacén de material móvil.
Existieron en el área de la Sierra de Guadarrama otros ferrocarriles de vía estrecha ya desaparecidos: el de Collado Villalba a las canteras del Berrocal (próximas a Becerril de la Sierra) por Moralzarzal, utilizado fundamentalmente para el transporte de piedra; y el de Fuencarral a Colmenar Viejo que servía de acceso a la zona este de la Sierra de Guadarrama; coincidía con el primer tramo del Ferrocarril directo Madrid-Burgos, pero desapareció mucho antes de que se inaugurara esta línea.
Recientemente, ante la futura conversión de la Sierra del Guadarrama en Parque Natural, han aparecido diversas reivindicaciones que abogan por la ejecución de las obras de prolongación hasta la estación de esquí de Valdesquí, para así dotarla de un medio de transporte masivo e inmune a las inclemencias meteorológicas y evitar el uso del transporte por carretera, mucho más agresivo hacia el medioambiente que el ferrocarril.
La modernización definitiva: unidades 442
Aprovechando el cierre temporal para su renovación, el material motor también sufrió una gran transformación, al reemplazarse las cajas originales de los coches por otras nuevas construidas en acero, operación llevada a cabo por Talleres Sunsundegui e Hijos S.A., sita en la localidad navarra de Alsasua. Sin embargo, esta fue una solución provisional hasta la contratación, en 1974, de una nueva serie de unidades de tren para la línea, denominada como serie 442. Los tres primeros coches motores llegaron en 1976, mientras que sus respectivos remolques lo hicieron en 1977. Posteriormente se contrató un segundo lote de 3 unidades, que propiciaron la baja en el Parque de las unidades serie 431.
Cercanías y Actualidad
Con la creación de las UN en RENFE, la línea pasó a ser gestionada por la UN de Cercanías, la cual procedió a diferenciar tarifariamente la línea, cobrando el mismo importe independientemente del trayecto realizado, lo mismo daba adquirir el billete en Madrid y llegar a Cercedilla para empalmar con el Eléctrico que solicitar parada en Cercedilla - Pueblo y apearse en Camorritos. Durante los años 90 "El Eléctrico" vivió una época bastante tranquila, únicamente es digna de mención una ligera variación en el esquema de pintura que sufrieron algunas unidades 442, hasta que en 1997 se decidió cambiar radicalmente la imagen de estos trenes, con un nuevo esquema de pintura acorde con la identidad corporativa de Cercanías RENFE. En 1999 un descarrilamiento producido por el estado de la vía propició el cierre temporal de la línea mientras se procedía al reacondicionamiento y saneamiento de la vía. En el año 2002 la línea de ferrocarril estrecho sufrió daños por una riada debido a una espectacular tormenta, pero fueron reparados. En la actualidad esta línea lleva también el sobrenombre de "El tren de la Naturaleza", ayudando a la sensibilización de los más pequeños en un viaje que les aproxima al macizo de Peñalara y a su centro de interpretación.
Entre semana se dan composiciones de lo más variopintas: desde un coche motor aislado (disponen de dos cabinas) hasta composiciones "partidas", como esta de una unidad completa (442-001) y el coche motor 004M.
Foto: José Luis Cortijo Martín
En la actualidad, y de manera totalmente unilateral, Renfe Cercanías ha decidido suprimir "temporalmente", durante la temporada invernal, las paradas facultativas de la línea (Cercedilla Pueblo, Las Heras y los Castaños, Camorritos, Siete Picos, Dos Castillas y Vaquerizas), efectuando una única parada intermedia, la estación de Puerto de Navacerrada. La excusa esgrimida es que en días de alta afluencia los interventores no pueden recorrer el tren entero, y de esta manera se evita que en las paradas intermedias suban viajeros sin abonar el correspondiente (pero abusivo) billete, que desde el 1 de enero de 2011 asciende a 6'20€ el billete sencillo y 12'40€ el de ida y regreso. Sin embargo, este problema (de seguridad, según Renfe) se solventaría instalando máquinas autoventa, semejantes a las empleadas por Metro de Madrid para las estaciones intermedias de las líneas de Metro Ligero. Ante el perjuicio producido a la población, especialmente por la supresión de la parada en Camorritos, donde existe una importante residencia de mayores y una colonia de viviendas ciertamente importante, además de ser el punto de origen de multitud de rutas, a pie y en bicicleta, el ayuntamiento de la localidad ha comenzado una campaña de recogida de firmas en favor de restablecer las paradas en el municipio. Una pena que no pidan también la supresión del sobrecargo que tiene el billete de la línea.
Por otro lado, da la sensación de que Renfe busca intencionadamente un descenso de viajeros (no sería la primera línea que se ve afectada por esta política) para, en un futuro cercano, argumentar que el número de viajeros es insuficiente, que la línea es deficitaria, para así tener la excusa de que ha de suprimirse el servicio de viajeros. Y es que si al abuso cometido con el importe del billete le añadimos el hecho de que, a pesar de que con el control efectuado para contabilizar el número de viajeros que utilizan cada servicio permitiría determinar en qué momentos es necesario un tren en doble composición (4 coches), lo cierto es que en los últimos tiempos lo normal es que únicamente circulen dos unidades en simple composición (2 coches), provocando un gran abarrotamiento en el interior de los trenes, en especial en el trayecto original entre Cercedilla y Puerto de Navacerrada, dándose una imagen penosa y tercermundista, como buscando que el viajero se harte de ese trato y decida utilizar el autobús (más barato, pero con menor número de servicios). Es por ello que muchos nos tememos que Renfe haya decidido suprimir el servicio en esta línea, y que esté hostigando a los viajeros para que éstos le den el visto bueno a esta supresión.
En la actualidad, el trato que recibe el viajero en el Eléctrico es de juzgado de guardia: sin posibilidad de bajarse en una estación que no sea Cercedilla, Puerto de Navacerrada o Los Cotos, apretujados en trenes de dos coches cuando lo mínimo es que circulen en doble composición en los días de alta afluencia, un precio muy por encima de las posibilidades de la mayoría de personas en estos tiempos de crisis... Todo parece estar encaminado a hostigar al viajero para que poco a poco la línea vaya perdiendo utilidad, y así podérsela quitar de encima sin pestañear.
Foto: José Luis Cortijo Martín
(continuará...)
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