lunes, 31 de agosto de 2009

Un cuento

Os voy a contar una historia para suavizar un poco los rigores de este verano tórrido que estamos pasando y que me tiene las neuronas reblandecidas.

La historia trata de un jardinero que tenia un jardín en una finca en una ciudad. Pues bién nuestro amigo jardinero lo mantenia muy bonito y viendo que se le daba bién plantó un árbol en el centro de su jardín. Al principio este árbol era muy pequeño, pero con los buenos cuidados que le profesaba nuestro jardinero este árbol empezó a crecer y se hizo fuerte y robusto con una copa muy grande y frondosa de donde brotaban multitud de riquisimos frutos siendo la envidia de los demás jardineros de la comarca. Todo le marchaba viento en popa a nuestro amigo porque tenia el jardín más bonito, un árbol magnífico y un nuevo parterre que sembró más adelante, cuidandolo a la espera de que diera su resultado. Pero llegó un momento que nuestro jardinero eran tantas las alabanzas que recibia que pensó que siempre seria el mejor, pero por circunstancias de la vida un dia el frondoso árbol dió un fruto diferente de los que habia dado hasta ese momento y nuestro jardinero se enfadó muchisimo y en vez de buscar el porqué su árbol dio otro tipo de fruto cogió y le arranco la rama desde donde salió este fruto y la lanzó lejos de su jardín. Esta rama fué recogida por un vecino que la plantó en el pequeño jardín que tenia en su casa. Esta rama para que arraigara bién la fijó al suelo apuntando al cielo y esta rama como el suelo es bastante fértil enseguida cogió fuerza y creció rápido, convirtiendose en un árbol, que sin ser tan grande como el de nuestro jardinero también se hizo fuerte y frondoso.

Nuestro amigo jardinero desde ese acontecimiento dejó de aplicarle el mismo cariño y cuidados a su árbol y volvió a dar otro fruto diferente a los que da habitualmente, repitiendose el mismo enfado de nuestro amigo jardinero y volvió a repetir la misma acción. Arrancó la rama y la volvió a lanzar fuera de su jardín esta vez con más fuerza si cabe. Esta rama conociendo su origen fue recogida por otro vecino que se dedicaba al cuidado de la zona de ocio y deportes que habia en esta población y la plantó en un pequeño jardín que tenia en esta pequeña instalación y como sucedió con la anterior rama, esta arraigó y creció fuerte formandose un pequeño árbol con una copa frondosa que daba una agradable y acogedora sombra.

En vista de estos acontecimientos nuestro jardinero viendo que las ramas que arrancaba otros vecinos las plantaban y crecian fuertes y sanas, el enfado se hizo mayor si cabe y dejó de prodigarle tantos cuidados y mimos. A no recibir tantos cuidados este árbol, volvió por dos veces a dar un fruto que no le gustaba a este jardinero, este terriblemente enfadado arrancó con fuerza estos frutos y los tiró bien lejos de su jardín. Esta vez no arrancó las ramas porque, preso de su rabia, no quiso que ningún otro vecino tuviera otro árbol que le pudiera hacer competencia y estos frutos acabaron cerca de una carretera. Con el tiempo crecieron y se hicieron fuertes y frondosos dando unas magníficas sombras, que servian de descanso a los grupos de amigos que jugaban por los alrededores.

Cuando nuestro amigo vió que estos frutos se convirtieron en robustos árboles, su jardín dejó de ser la envidia de la comarca porque habian crecido cuatro árboles que eran parecidos al suyo y no supo asimilarlo, perdiendo totalmente la razón y empezó a maltratar su creación hasta que enfermó, fue perdiendo todo los frutos y la frondosidad de su copa, hasta que se quedó el pobre árbol en el tronco y un buen dia nuestro jardinero fuera de si, decidió arrancar su obra maestra y destruirla, pero se salvó un pequeño fruto, puesto que todos los frutos se dieron por perdidos y este acabó formando un pequeño arbolito .

Y así fué como nuestro jardinero pasó de tener el jardín con el árbol mas bonito de la comarca, pero al que las alabanzas y la vanidad cegaron y dejó que su obra, admirada por muchos, muriera de éxito, quedándole tan solo un pequeño jardín y aquel parterre que empezó a cultivar pero que de momento no ha obtenido fruto.

Moraleja:

Como dice el dicho popular "Cada uno tiene lo que se merece", si no cuidas lo que tienes al final te quedas sin nada.

El Lado Oscuro S.A.

1 comentario:

  1. Me parece un cuento muy bonito, ilustrativo, preclaro y sobre todo muy real.
    Quien siembra vientos suele recoger tempestades.
    La vida nos pone a cada uno en el lugar que merecemos.

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